La relación de la Frecuencia Cardíaca de Reposo con el ejercicio físico

26.12.13

A continuación, os mostramos un artículo de Javier Heredia, amigo de la web que actualmente tiene el blog sobre actividad física y salud "Entrenar para Vivir", muy recomendable para todos aquellos que deseen mejorar en su estilo de vida de forma saludable, y además mejorar como deportista con la garantía de realizarlo de la mejor forma posible.


Frecuencia cardíaca de reposo y ejercicio físico.

Para una correcta evaluación y análisis del rendimiento de un deportista ya sea por parte de tu preparador físico o incluso tú mismo, es necesario tener en cuenta ciertos parámetros fisiológicos con el fin de determinar si vamos por el buen camino o quizás, nuestro entrenamiento va por la dirección errónea llevando en algunas ocasiones, a un cierto sobreentrenamiento. 

Tras un periodo de ejercicio físico correctamente prescrito y de manera individualizada (mínimo 8 semanas) se producen una serie de adaptaciones o cambios fisiológicos positivos a nivel cardiovascular (corazón), osteomuscular (hueso y músculo) y respiratorio, que además de mejorar la salud, lo hará con el rendimiento deportivo. (Boraita, 2008). En este caso,  nos centraremos en los cambios cardiovasculares, concretamente en la Frecuencia Cardíaca de Reposo con el ejercicio.

¿Qué es la Frecuencia cardíaca de reposo (FCr)? 

Es un parámetro informativo que nos indica  el esfuerzo que realiza el corazón para satisfacer las demandas del cuerpo en estado de reposo o relajación.  Se puede medir fácilmente en la arteria radial del brazo (muñeca), o con un pulsómetro en estado de reposo absoluto y la unidad de medida son las pulsaciones.

¿A qué se debe esta bajada de la FCr con el entrenamiento?



La bajada de pulsaciones por el ejercicio físico nos indica que estamos consiguiendo un corazón más fuerte y grande, capaz de distribuir más cantidad de sangre por unidad de tiempo. Gracias a esto, se obtiene una mayor capacidad para responder a un esfuerzo retrasando la fatiga. Además en relajación, su trabajo será mucho menor ahorrando energía.

Otra causa por la que se reduce la FCr es por una mejora de la circulación sanguínea (mejor retorno venoso, evitando estrías).  Esto supone un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares como hipertensión, colesterol, isquemia  incluso infarto de miocardio. Se debe a una mejor capilarización de músculos, corazón y pulmones.

También con el entrenamiento, la frecuencia ventilatoria máxima y el volumen corriente aumenta y se traduce en una mayor capacidad para proporcionar oxígeno a nuestro organismo con menor esfuerzo. Con unos pulmones más fuertes y sanos, el corazón no tendrá que latir tan rápido para satisfacer las necesidades de nuestro organismo y su actividad será menor.

Diferencia entre pulmones de una persona fumadora y no fumadora


Además de estas causas básicas, existen otras más específicas que no nombramos por su difícil explicación fisiológica.

Estos datos indican que vamos por el buen camino y no hacen nada más que animarnos a seguir trabajando así.
¡Seguimos sumando!


BIBLIOGRAFÍA

Boraita, A. 2008. Ejercicio, piedra angular de la prevención cardiovascular. Rev Esp Cardiol., 61(5) 514-28
Vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=IdlNQFjoilE

Imagen: http://www.arueda.com/images/stories/entrenamiento/entenabien_com/092007/foto01_a.jpg

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